A consecuencia de los bombardeos durante la última guerra mundial habían quedado miles sin hogar. A menudo deambulaban niños por las calles en ruina en busca de sus padres. Muchos nunca los encontraron, pues, o habían muerto, o la crueldad de la guerra los había separado. Su hogar, donde podrían encontrarse, ya no existía.
Hasta hoy, hay miles que buscan sus raíces...
...No saben quiénes fueron sus padres, no saben dónde están. Como estos niños, muchos desean saber de dónde vienen y a dónde van. El verdadero origen y destino del ser humano.
La humanidad entera se encuentra desorientada. Algo ha sucedido, que le ha hecho perder el rumbo certero. En lugar de felicidad, experimentamos frustración; en lugar de bienestar, enfermedad. ¿Por qué sufren tantos inocentes? ¿Por qué existe el dolor, la enfermedad y la muerte? ¿Creó Dios un mundo malo? ¿Cuál es nuestro verdadero origen y destino? ¿De dónde venimos, y hacia dónde vamos?
¡Estas son preguntas que inquietan a la mayoría! Pero sólo el Autor de la vida puede dárnosla.
EL ORIGEN DEL HOMBRE
Dios es el Señor y existe antes de todas las cosas. Por Él fueron creadas todas las cosas; pero surge la pregunta: ¿A qué se refiere cuando dijo: "Hagamos...", en Génesis 1:26? Indica pluralidad, y en ello descubrimos las tres personas de la deidad.
Desde la primera página de la Biblia se hace referencia a las tres personas de la Deidad. Diversas citas de las Escrituras mencionan la presencia y la participación de Cristo en la creación del mundo (Juan 1:1-4; Colosenses 1:15-17; Hebreos 1:1-3, 8-10).
El hombre fue creado perfecto.
"He aquí, solamente esto he hallado: Que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones" Eclesiastés 7:29.
Dios quería que el hombre viviese feliz para siempre. Lo colocó en un camino de vida y de justicia, sin pecado, sin muerte.
RECIBIÓ CUATRO DONES DE SU MANO
La única condición era reconocer a Dios como su Señor. Para su propio bien debía aprender a obedecer. ¿Puede haber felicidad en un hogar u orden en una nación, si no se respetan a sus padres o gobernantes? La Ley de Dios fue colocada en el corazón del hombre desde el principio. Era la base misma del gobierno de Dios. "Y mandó Jehová Dios al hombre diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás" Génesis 2:16-17.
El hombre decidió obedecer a otro Señor. Satanás el Príncipe de las tinieblas, fue quien los sedujo (Génesis 3:1-5).
¿CREÓ DIOS AL DIABLO?
No. Fue un ángel perfecto hasta que se rebeló contra el Creador.
"En Edén, en el huerto de Dios estuviste, de toda piedra preciosa era tu vestidura... Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos, desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en tí maldad. A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra" Ezequiel 28:13-17.
Al usurpar el dominio que correspondía a Dios, fue expulsado del cielo (Apocalipsis 12:9).
Dios había creado al hombre libre. Le indicó el camino de la vida, pero nuestros primeros padres eligieron el rumbo equivocado. Por la desobediencia, por obedecer a otro señor, cayeron en un profundo abismo. Al dejarse vencer, el hombre se tornó esclavo de Satanás.
"Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció" 2 Pedro 2:19.
"¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?" Romanos 6:16.
De esta forma heredó el hombre un camino de pecado y de muerte cuyo fin es la muerte eterna, la destrucción final. Los dones recibidos en la creación: la vida eterna, el carácter recto, el hogar maravilloso y el dominio sobre todo, fueron sustituidos por la muerte, el pecado, una tierra llena de espinas y la pérdida de su posición original. De esta forma se introdujo el sufrimiento, pues:
El pecado y la muerte pasó a todos los hombres.
"Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron" Romanos 5:12.
Desde que nacemos, traemos una naturaleza pecaminosa.
"He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre" Salmos 51:5.
No existe justo alguno.
"Como está escrito: No hay justo, ni aún uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno." "Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios" Romanos 3:10-12, 23.
El profeta Isaías presenta nuestra radiografía al decir:
"Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite" Isaías 1:6.
Todos merecemos la muerte eterna.
"Porque la paga del pecado es muerte..." Romanos 6:23.
Quizá ahora podamos comprender por qué existe el sufrimiento. Dios no creó al hombre para que sufra, pero le dio libre albedrío. La errada elección de desobedecer a Dios lo llevó al valle de lágrimas que transitamos hoy. ¡Cuánto dolor! ¡Cuántos que sufren! Es por causa del pecado que está en el mundo. Pero... ¿cómo puede retornar el hombre hacia el camino de vida? Volver por donde cayó es imposible, ya que somos culpables de muerte y esclavos del pecado. Entonces...
¿HAY UN CAMINO DE ESCAPE?
Dios no desea que suframos, sino que anhela salvarnos.
"Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva" Ezequiel 33:11.
Dios quiere hacerte feliz, perdonarte, aceptarte como hijo suyo, y darte la salvación. La única pregunta es: ¿Dejas que lo haga?
Existe solamente una puerta para escapar del camino de la perdición.
"Volvió, pues, Jesús a decirles... Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo..." Juan 10:9.
Hay una puerta que conduce hacia la Salvación. Es Cristo nuestro Salvador, y existe un monte, donde se forjó nuestra redención: Es el Calvario. Sobre él se apoya el puente que une la muerte con la vida.
Nos llama con tierno amor, diciendo: "Venid a mí, todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar... y hallaréis descanso para vuestras almas" Mateo 11:28, 29.
Pero, ¿cuál es el puente capaz de salvar el abismo existente entre el camino de la muerte y el camino de la vida?
Hay quienes creen que el practicar simplemente una religión los salva. Este puente no alcanza a salvar el abismo.
Otros creen que lo puede hacer una cierta filosofía, pero tampoco lo logra alcanzar.
La mayoría cree que el puente a la vida eterna, son las buenas obras. Al estudiar las Sagradas Escrituras, nos enteramos de que las obras humanas, no pueden salvar al pecador.
Tampoco la justicia propia: La perfección u obediencia que podamos lograr.
Si ninguna de estas cosas son el puente capaz de cruzar el abismo existente entre el hombre y Dios, ¿cuál es el puente entonces?
"Este Jesús es la piedra... y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" Hechos 4:11-12.
Jesús también dijo:
"Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" Juan 14:6 (Proverbios 12:28).
Un edificio horizontal estaba en llamas. Desde una ventana, en lo alto, clamaban por auxilio tres personas. Llegaron los bomberos, colocaron la escalera, pero esta no alcanzaba, faltaban casi dos metros. El bombero que estaba en la punta de la escalera, en una acción heroica, subió hasta el último escalón e hizo un puente con su cuerpo, ordenando que pasasen por encima de él. Pasó el primero, el segundo, el tercero, pero ya no soportó más y cayó al vacío...
En el sepelio, estaban esas tres personas. Lloraban mucho, aunque no lo conocían. Había dado su vida por ellos. Eran lágrimas de amor...
Así Jesús tendió con su propio cuerpo un puente entre la muerte y la vida. ¡Una prueba de inmenso amor!
PROMESAS ALENTADORAS
El que tiene al Hijo, tiene la vida.
"Este es el testimonio: Que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios" 1 Juan 5:11-13.
¡Tú puedes aferrarte a esta promesa de vida eterna! ¡Vivir con esperanza y con certeza, es vivir feliz!
Él no rechaza a nadie.
"... y al que a mí viene no le echo fuera" Juan 6:37.
Dios desea justificarnos gratuitamente, o sea, declararnos perdonados y reconciliados por su gracia, mediante Cristo.
"Siendo justificados gratuitamente por su gracia mediante la redención que es en Cristo Jesús" Romanos 3:24.
Promete ni siquiera recordar nuestros pecados.
"Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados" Isaías 43:25.
¿QUÉ PUEDO HACER...
...para ser llamado hijo de Dios y recibir la Salvación?
"Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios" Juan 1:12.
Debemos aceptarle como Salvador y Señor de nuestra vida. Entonces podremos gozarnos de su amor y tener la seguridad que somos sus hijos (Romanos 8:16).
Una joven se había ido de su hogar. Se dedicó a una vida licenciosa, llegó a ser bailarina. En medio de sus mejores días, sufrió un accidente que la llevó al hospital en un estado muy grave.
Desde allí escribió a su madre: "Madre, sé que moriré, y quizás, muy pronto, pero, ¿tienes algo que decirme?"
Cuando recibió la carta, fue al correo y envió un telegrama, cuyo texto era el siguiente: "Efesios 1:7. En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados, según las riquezas de su gracia. Tu madre que te ama."
Un telegrafista estaba por quitarse la vida ese día, pero decidió ir a trabajar una vez más. Cuando recibió este telegrama, leyó una y otra vez su texto. Luego se arrodilló allí en su oficina, y entregó su corazón al Señor. La joven a su vez recibió aquel telegrama y la promesa del perdón de Dios le dio tanta paz, que se aferró a esto, y esta gloriosa esperanza, hizo que sanase. Dos vidas fueron salvas.
También Dios está ansioso por salvarnos, pero debemos hacer la debida elección.
Querido amigo y amiga, ¿en qué camino te encuentras? Sólo existen dos: el de la vida y el de la muerte; el de la salvación y el de la perdición; el camino de Jesucristo o el camino del pecado. Al aceptar a Jesús nos identificamos con Él y con su Ley, pues Él es nuestro Señor. Le obedeceremos por amor, por lo que Él hizo por nosotros, y trataremos de vivir día a día con Él. El propósito de su muerte fue librarnos de este valle de sufrimiento y de dolor y darnos la herencia de la vida eterna.
Esta es la buena nueva, la mejor noticia, el MENSAJE DE AMISTAD, ¿no te parece?