Paz interior...Cada ser humano posee un ansia interna de paz y felicidad. ¿Estará en los intereses materiales, las diversiones, los honores, el sexo, las drogas, o el alcohol? ¡No! ¡Son falsos manantiales!
La famosa Marilyn Monroe, dijo en una ocasión a un periodista: "Soy admirada por mi belleza, tengo dinero, no me falta nada, pero nunca fui feliz."
Pero, ¿es paz y felicidad, no tener problemas?
En un concurso pictórico sobre el tema: "La Paz", fueron presentados diversos cuadros, representándola en: una mañana apacible; otro, una silenciosa puesta de sol; y otros temas similares. Sin embargo el premio fue otorgado a un cuadro que representaba una furiosa catarata que precipitándose en un acantilado de rocas, levantaba hacia lo alto, densas nubes de espuma y vapor, pero en la rama de un árbol que se extendía por encima de la catarata, un petirrojo había construido su nido y gorjeaba alegremente.
Ciertamente, el mejor concepto de paz es lo que puede obtenerse y gozarse, no en circunstancias favorables, sino en medio del ruido y la tempestad. El petirrojo estaba en una rama que tenía su raíz en la roca y se extendía por encima de la furia de la catarata, en aquellas alturas, nada podía ocurrirle.
Así debería ser la paz de los que han puesto su confianza en el Dios de los cielos.
En la búsqueda de felicidad anhelamos:
¿CUAL ES LA LLAVE EN LA BÚSQUEDA DE PAZ Y FELICIDAD?
Se denomina fe. "Pero sin fe es imposible agradar a Dios" Hebreos 11:6.
Lo que no es fe:
¿Qué es verdadera fe?
"Es pues la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve" Hebreos 11:1.
Un hombre que estaba durmiendo, despertó de repente con dolor de cabeza. En la oscuridad tomó una pastilla que creyó era aspirina y la ingirió. Pero tal pastilla no era para el dolor de cabeza; era veneno para ratas. El hombre murió. Murió por creer, pero creyó en algo equivocado. En su epitafio podría haberse colocado: "Murió por fe." En lo que se refiere a nuestra salvación, existe un solo camino: tener fe genuina en Cristo, el Autor de la vida, el Autor de la Biblia.
CUATRO PASOS EN LA DEFINICIÓN DE FE
Primer paso: Conocer a Jesús.
"Y esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a Jesucristo, a quien has enviado" Juan 17:3.
¿Cómo lo puedo conocer? Por su Palabra. "El que oye mi palabra y cree, al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida" Juan 5:24
¿QUIEN ES JESÚS?
¿QUÉ HA HECHO JESÚS POR MI?
"Mas Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en Él el pecado de todos nosotros" Isaías 53:5-6.
En cierta escuela un niño hizo una travesura, manchando los papeles del pupitre del maestro con tinta. Cuando este llegó y descubrió aquel daño, exigió a todos los alumnos que dijesen quién era el culpable.
-¡López! -gritó un chiquillo entre todos.
-¡López, aquí! -ordenó el maestro tomando la palmeta.
Había en el aula dos alumnos con aquel apellido y eran hermanos. Se adelantó entonces el mayor, quien recibió estoicamente el fuerte y doloroso palmoteo. De repente, el menor, llorando, se adelantó gritando:
-¡Señor maestro, no le pegue más!, ¡No fue él, fui yo el culpable!
El maestro dejó de pegar. Intrigado, pidió explicaciones:
-A ver tú, López, el mayor; ¿por qué te has adelantado par ser castigado sin protestar de tu inocencia? Habla.
-Porque él es más pequeño, menos fuerte, y además está un poquito enfermo -contestó el niño.
El maestro maravillado, le apretó sobre su pecho, y le dijo:
Muchacho, nunca serás en tu vida, más cristiano que hoy. Esto hizo Cristo por tí y por mí. Dios te bendiga, hijito.
SEGUNDO PASO. Confiar en Jesús.
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda mas tenga vida eterna" Juan 3:16.
La demostración de su amor me abre el corazón para que yo confíe en él.
¿Qué es confiar? Es abrirme totalmente a Jesús, decirle todas mis preocupaciones, penas y problemas.
Un barco navegaba en alta mar y se bamboleaba vacilante en medio de una tormenta muy violenta. En cada rostro se veía reflejado el miedo, la angustia y el terror. Unos lloraban, otros se encontraban descompuestos. En medio de este trance, un niño jugaba tranquilamente en una escalinata. Parecía que nada lo inquietaba, que ignoraba por completo lo que ocurría a su alrededor. Uno de los viajeros al verlo deseoso de saber el secreto de su serenidad se acercó a él y le preguntó:
Oye, muchacho, ¿no tienes miedo de esta tormenta? El niño respondió:
No, señor, pues mi padre está en el timón.
- Cuando conocemos al Señor Jesús, aprendemos a confiar en él. En las horas críticas de la vida, no perderemos la fe, y estaremos dispuestos a confiarle nuestros fracasos y nuestros pecados.
TERCER PASO. Reconocer mi pecado.
CUARTO PASO. Aceptar a Jesucristo.
"He aquí, Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo" Apocalipsis 3:20.
¿De qué forma debemos aceptar a Jesucristo?
Debe ser como Salvador y como Señor.
¿Cuál es la diferencia?
FE GENUINA Y FE TEMPORAL
La fe genuina incluye todo el ser, pues somos un ser tridimensional.
1- Creer con la razón.
O sea, con la mente. Es tener algo por verdadero. Esto equivale al primer paso: "Conocer a Jesús".
2- Creer con el corazón, o sea, con el sentimiento.
Es confiar en Jesucristo y abrirle el corazón, confesarle nuestros pecados y amarle. Esto equivale al segundo y tercer paso.
3- Creer con la voluntad.
Decisión. Estar dispuesto a obedecerle. Cuarto paso.
FE GENUINA SIGNIFICA ENTREGARNOS A ÉL
Cierta persona consulta con el médico a quien conoce de mucho tiempo, y a quien considera un buen profesional. Después de una serie de exámenes recibe el diagnóstico: Un tumor en la cabeza. El cirujano le explica que debe operarlo. Cuando este hombre sale del consultorio, dice a su esposa:
Este no me va a tocar.
- ¿Ha tenido fe genuina? ¡Por cierto que no! Pues no estaba dispuesto a entregarse en manos del médico. El sabía que era buen médico. Creyó en el diagnóstico; creyó que debía operarse, pero no estaba dispuesto a permitir que el cirujano lo interviniese. No tenía fe genuina.
Es verdad que podemos llegar a dudar del ser humano en muchas ocasiones, pues es falible y tiene limitaciones, pero en Jesucristo, podemos confiar plenamente. Podemos entregarle toda nuestra vida, pues Él desea lo mejor para nosotros: darnos la paz interior, la felicidad y la vida eterna.
No necesitamos ser perfectos para ir a Jesús. vayamos a él como somos. Llenos de defectos, para que Él nos limpie y nos cambie (Juan 6:37). Alguien dijo que fe, es la mano extendida del mendigo, para recibir el regalo del rey. El mendigo, es el pecador que nada merece. El rey es Jesucristo. El regalo, su gracia inmerecida, su perdón, la salvación, la vida eterna.
Cuando Jesús entra en nuestra vida, cambian nuestros intereses. Normalmente giran todos nuestros intereses alrededor del ego, el yo. Cuando nos entregamos a Jesús, lo colocamos sobre el trono de nuestro corazón, y nuestros intereses estarán fijados en Dios.
Fe genuina comprende hacer un pacto de amor, como en el matrimonio. Es darle nuestro corazón, para hacer nuestras, sus maravillosas y seguras promesas.
Ahora mismo puedes hablarle a Dios en oración. Confiésale tus fracasos del pasado. Entrégale el corazón y pídele que Él habite en tu alma y en tu vida.
EL RESULTADO
Mediante Jesucristo llegaremos a ser nuevas criaturas.
"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas" 2 Corintios 5:17.
¿QUÉ ES SER NUEVAS CRIATURAS?
Alguien perdió una medalla valiosa. Cayó en el fango. Allí fue pisoteada y se deterioró durante largo tiempo, hasta que fue hallada totalmente estropeada. Para poder restaurarla había dos caminos: Enderezarla y rellenar sus abolladuras y la otra, era fundirla de nuevo. ¿Cuál de las dos formas, sería la más conveniente? Si tratamos de enderezar nuestras vidas con nuestras propias fuerzas, siempre se verán las huellas de nuestros extravíos. Pero si nos entregamos a Jesucristo, Él hará de nosotros, nuevas criaturas.
Dios promete perdonar todos nuestros pecados.
"¿Qué Dios como tú que perdona la maldad y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados" Miqueas 7:18-19.
Podemos gozarnos en la salvación. "Os alegraréis con gozo inefable y glorioso, obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas" 1 Pedro 1:8-9.
Tendremos paz interior. "La paz os dejo, mi paz os doy, yo no os la doy como el mundo la da, no se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo" Juan 14:27.
¡Qué felices podemos sentirnos de estar reconciliados con Dios! Estar preparados para encontrarnos definitivamente con el Señor cuando el nos llame.
Dios desea perdonar tus pecados y darte la salvación.
Desea hoy llamarte hijo suyo. La pregunta es: ¿Dejas que lo haga? ¿Aceptas a Jesús en tu vida como Salvador y Señor? Díselo en oración ahora mismo.
Hace algunos años tuvo lugar, en una ciudad de Inglaterra, un incendio en una casa de madera. En el piso superior de una de las casas incendiadas apareció un niño de unos seis años llorando con desesperación, gritando aterrorizado que subieran a salvarle, pero era totalmente imposible. La escalera de la casa estaba destruida totalmente por el fuego. Las llamas que salían por la ventana impedían apoyar una escalera de emergencia para ir en socorro del niño. El único recurso era que este se lanzara a través del humo y las llamas, ya que nada le ocurriría en su rápido descenso, y manos cariñosas estaban prontas a impedir que su cuerpo chocara con el suelo. Pero, ¿cómo persuadir al niño de seis años a tal acto de heroísmo? Ante el silencio del público, impresionado por la escena, se levantó la voz del padre, ordenando y rogando al niño a lanzarse, sin temor y sin perder un momento más. El niño titubeó diciendo
Papá, te oigo, pero no te veo, ¿dónde estás?
Hijo, aquí. Pronto a esperarte. ¡Lánzate!
¡No veo más que humo papá, no puedo verte!
¡No importa, lánzate enseguida!
¡Tengo miedo papá! Pero si tú lo ordenas, me lanzo. ¡Recíbeme!
- Así lo hizo el pequeño, y unos instantes más tarde, estaba sano y salvo en los brazos de su padre.
Del mismo modo nos invita Dios a poner fe en su bendita Palabra, a reconocer como suyas esas hermosas promesas que contiene, y a dar el salto de la fe, aceptando su oferta de Salvación en Cristo Jesús.
¿Te das cuenta de lo que Cristo quiere hacer por ti? Cristo dejó el cielo y murió en la cruz para darte el regalo de la vida eterna. ¿Quieres recibir ese regalo? Haz un acuerdo con Jesús ahora mismo; acéptalo como Salvador personal y Señor de tu vida, y recibirás grandes bendiciones. ¿Quieres abrir la puerta de tu corazón y darle la bienvenida ahora mismo? Entonces dile al Señor, lo que siente tu corazón. Si deseas, puedes utilizar palabras como estas:
"Señor Jesús, quiero que vengas a mi vida ahora mismo. Soy un pecador. Reconozco que no puedo salvarme a mí mismo. No puedo ser lo suficientemente bueno para merecer el cielo o la vida eterna. Ahora pongo mi confianza en ti. Te acepto como mi Salvador personal; creo que tú moriste por mí. Te recibo como el Señor y Maestro de mi vida. ¡Ayúdame a abandonar mis pecados y a seguirte a ti! Acepto tu regalo de la vida eterna. No lo merezco, te agradezco por él. Amén."
Todas las promesas de Dios son tuyas.
"De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna" Juan 6:47.
"Mas a todos los que le recibieron, dióles potestad de ser hechos hijos de Dios" Juan 1:12.
"El que tiene al Hijo, tiene la vida" 1 Juan 5:12.
¡Estas son las promesas seguras de Dios! ¡Ahora puedes confiar en esas promesas! Ahora eres un hijo de Dios y puedes sentirte muy feliz.