Guías de investigación bíblica
Tema 6

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¡LA MEJOR SOLUCIÓN PARA MIS PREOCUPACIONES Y PROBLEMAS!

 

Cada ser humano enfrenta preocupaciones y problemas alguna vez. Pueden estos estar relacionados con la familia, al trabajo, la salud, nuestra relación social o a nuestra vida personal y espiritual. Se convierten a menudo en una carga pesada.

    ¡Cuántas veces un niño nuestro está enfermo, al borde de la muerte! ¡Cuántas veces la ayuda que hemos buscado chocó con la impotencia humana en resolver cosas que no están a su alcance! Necesitamos el auxilio de Dios, pues todos los recursos ya se han agotado. ¿Cómo lo conseguimos?

    ¡Cuántas madres desesperadas! La ayuda que podrían encontrar en sus esposos se ve frustrada, pues éste es alcohólico. Sus hijos sufren hambre y desnudez y no tienen un techo donde protegerse de las inclemencias del tiempo. Anhelan un cambio. ¿Qué pueden hacer?

    ¡Cuántos remordimientos por tus fracasos, por problemas en tu trabajo, o preocupaciones por tu salud o tu familia! Quizá te sientes incomprendido, solo o desanimado y no sabes qué hacer. ¿A quién recurrir en busca de ayuda?

    Se dice que en cierta ocasión el gran compositor Haydn estaba conversando con dos amigos suyos acerca de la tristeza y la depresión moral.

    -Cuando me siento desanimado -decía uno- empiezo a beber y esto me da nuevas fuerzas.

    -Pues yo -contestó el otro- lo que hago es ponerme a tocar, y nada como la música para dar nuevo ánimo y alejar las penas. Haydn afirmó:

    -Pues cuando yo me siento triste, ORO AL SEÑOR. Nadie como él para consolar y dar fuerzas al cansado.

 

    El poder decir a Dios todas nuestras preocupaciones y confiarle todos nuestros problemas, es extraordinario, pero surgen los interrogantes:

  • ¿Cómo debemos pedirle?
  • ¿Cómo saber que Él nos oye?
  • ¿Cómo podemos cultivar esa relación de amistad con Dios?

 

¿QUE ES LA ORACIÓN?

    Una llamada directa al teléfono personal de Dios, que nunca da ocupado."Este pobre clamó, y le oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias" Salmos 34:6.

    Una pobre mujer viuda había estado leyendo con su hijo la historia de Elías cuando un cuervo lo alimentó en una época de hambre. Estaban sentados en su humilde comedor, sin fuego en la chimenea. Ni la madre ni el niño habían comido aquel día, y sentían hambre.

    -Mamá, -dijo el niño- si vinieran los cuervos encontrarían la puerta cerrada. ¿Me permites que la abra?

    -Pues ábrela, hijito -contestó ella.

    El niño siguió: -Pues ahora que ya está abierta ¿Volvemos a pedir al Señor que nos envíe al menos un cuervo con un pan?

    -Volvamos -contestó la madre. En tanto oraban, acertó a pasar por allí el alcalde del pueblo. Se paró ante la puerta, y al enterarse de la necesidad corrió a su casa y trajo un cesto lleno de comida. Dios había premiado la fe sencilla del niño.

 

Frases que nos ilustran el significado de la oración.

    "La oración es una necesidad porque es la vida del alma".

    "Orar es el acto de abrir nuestro corazón a Dios como a un amigo".

    "La oración es la llave en la mano de la fe para abrir el almacén del cielo, en donde están atesorados los recursos infinitos de la omnipotencia" (E. G. White, El Camino a Cristo, pág. 57).

 

   ES UNA VITAMINA ESPIRITUAL

    Cuando en nuestro organismo tenemos deficiencia de vitamina A, tenemos defectos en la visión. Cuando falta vitamina B, nos enfermamos de los nervios. Cuando falta la vitamina C, se facilitan las infecciones y los resfríos. Lo mismo ocurre con nuestra salud espiritual. Cuando nos falta la vitamina llamada oración, se perjudica nuestra visión espiritual, decaemos en la fe y podemos caer más fácilmente en la tentación.

 

LA COMUNICACIÓN CON DIOS

    El pecado interrumpió la comunicación del hombre con Dios, pero en su gran amor Él proveyó un medio de relacionarnos con Él. Nos desea ayudar, aconsejar y orientar. "Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer" Juan 15:15.

    Esa ayuda Él la ofrece mediante la Palabra de Dios. Estudiémosla diariamente, pues mediante ella nos habla Dios (Hechos 17:11).

    Nosotros le respondemos mediante la oración. De ese modo se produce el diálogo, o sea, la comunicación entre el hombre y Dios.

 

¿CUÁNDO, DÓNDE Y CÓMO DEBEMOS ORAR?

    Para orar, nosotros debemos aprender a hacerlo, tal como los discípulos le rogaron a Jesús: “Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos" Lucas 11:1.

 

Debemos saber que existen varias clases de oración:

• En público:

    Uno ora y la congregación escucha con reverencia. (Las oraciones públicas no deben ser largas).

 

• En el hogar:

    Cada mañana y cada noche, debería reunirse la familia para meditar por algunos momentos en la Palabra de Dios y para orar agradeciendo al Señor y pedirle su protección.

    Antes de sentarnos a la mesa para comer debemos agradecer y pedir al Señor que bendiga los alimentos que Él proveyó para nuestro sustento.

 

• En la intimidad:

    "Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público" Mateo 6:6.

    "Es la comunión secreta con Dios la que sostiene la vida del alma"(E. G. White, La Educación pág. 258).

    Los que desean alcanzar grandes alturas espirituales deben orar mucho.

 

En cualquier momento podemos orar.

• En el camino mientras viajamos o trabajamos (mentalmente).

       “¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento..." 1 Corintios 14:15.

 

• En momentos de peligro y necesidad, basta un clamor del corazón.

       “Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez" Jonás 2:1-3.

    Si bien orar 3 veces al día es el programa ideal, como lo hacía Daniel (Daniel 6:10), debemos tener un constante espíritu de oración.

    "Orad sin cesar." 1 Tesalonicenses 5:17.

 

• Ore en forma definida y con sencillez:

    "Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis" Mateo 6:7-8.

    El “Padrenuestro" es un maravilloso modelo de oración. Mateo 6:9-13.

 

Algunos consejos, por quiénes debiéramos orar:

• Por los enfermos.

  “¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración... Y la oración de fe sanará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados" Santiago 5:13-15.

 

• Unos por otros.

  “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho" Santiago 5:16.

 

• Por los mensajeros del Evangelio.

  “Así que Pedro estaba custodiado en el cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración por él" Hechos 12:5.

 

• Por la obra de predicación.

“Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer..." Habacuc 3:2.

 

• Por el derramamiento del Espíritu Santo.

“Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?" Lucas 11:13.

 

PARA QUE DIOS NOS ESCUCHE, ¿QUÉ ACTITUD DEBEMOS ASUMIR?

• Abramos nuestro corazón con SINCERIDAD al Señor, SIN HIPOCRESÍA.

    "Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá" Marcos 11:24. "Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa" Mateo 6:5.

 

• Tengamos FE

    "Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor" Santiago 1:6-7.

    En una región hacía mucho tiempo que no llovía y pronto comenzó a secarse la tierra y a no producir. Todos estaban muy preocupados. Los creyentes decidieron reunirse en un lugar del campo para pedir todos juntos a Dios. En uno de esos hogares se disponía a salir la familia, cuando vieron a la niña pequeña que llevaba un paraguas. El padre le dijo: -¡Hija! ¿Qué haces? ¿Para qué llevas el paraguas? ¿No ves que hay muchísimo sol? Entonces ella contestó: -¿No vamos a pedir a Dios que llueva?-

    Esta niña tenía verdadera fe.

    La fe es comparada a una semilla que debe ser plantada, regada, abonada y podada.

    La fe debe ser alimentada mediante el estudio diario de la Palabra de Dios (Romanos 10:17).

 

• HUMILDAD

    En Lucas 18:9-14 nos presenta Jesús una parábola: la del fariseo y el publicano. Nos muestra las dos clases de adoradores. El Fariseo que se jactaba ante Dios, por sus buenas obras y el Publicano que no se atrevió a decir otra cosa que: “Dios, sé propicio a mí, pecador". Sin embargo, ese pecador recibió la gracia de Dios.

 

• REVERENCIA

    La forma ideal es de rodillas. “Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios" Romanos 14:11. Puede también orarse de pie, pero siempre conviene inclinar la cabeza, cerrar los ojos y juntar las manos.

 

• CON ESPÍRITU DE PERDÓN

   “Mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas" Mateo 6:15.

    En la parábola de los dos deudores vemos una ilustración del espíritu de perdón que debemos tener. Lea en Mateo 18:23-35.

 

• No forcemos a Dios. Digamos siempre: “HÁGASE TU VOLUNTAD"

    Dios conoce nuestra necesidad. "De igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles" Romanos 8:26.

    "Así como el barro en la mano del alfarero, dejémonos modelar por el Señor. ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel" Jeremías 18:6.

 

    Cristo mismo oró para que se cumpliese la voluntad de Dios.

    "Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú" Mateo 26:39.

    Sus posibles respuestas son: SI, NO, ESPERA.

    Él sabe lo que es mejor para nosotros. Si un niño quiere un revólver, su padre, ¿se lo dará?

 

    Una madre afiligida, suplicó a Dios por su hijo moribundo. Obligó al Señor virtualmente repitiendo varias veces con pasión: “Señor, me lo tienes que sanar". El hijo mejoró, creció, pero después de ser un martirio latente para su madre, esta lo vio morir colgado a los 22 años por criminal. La madre comprendió que debería haber dicho: “Señor, hágase tu voluntad".

 

• CON CONSTANCIA

    Se nos ilustra en la parábola de la viuda que logró que un juez le hiciese justicia por su gran insistencia, Jesús añadió: "¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a Él día y noche? ¿Se tardará en responderles?" Lucas 18:1-7.

 

• TENER RESPETO A SU LEY

    "Y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de Él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de Él" 1 Juan 3:22. "El que aparta su oído para no oir la ley, su oración también es abominable" Proverbios 28:9.

 

• ORAR EN EL NOMBRE DE JESÚS

   "De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido" Juan 16:23-24.

    El pecado nos separó de Dios. No merecemos que nuestras oraciones lleguen a su trono y que Cristo presente sus méritos a nuestro favor, por eso oramos en su nombre.

 

ALIVIO Y GOZO EN LA ORACIÓN

   "La oración de los rectos es su gozo" Proverbios 15:8.

    Cada ser humano lleva una carga de preocupaciones y problemas. Miedo, dudas, desengaños, frustraciones, amarguras, fracasos y nuestras propias culpas y pecados. Esas pesadas cargas emocionales y de conciencia amenazan a menudo con aplastarnos y aniquilarnos. En esas circunstancias es cuando debemos tomar el teléfono de Dios y comunicarnos con Él. Cuando hacemos eso alguien se pone a nuestro lado y toma sobre sí nuestro fardo de preocupaciones, problemas y pecados. Jesús lleva sobre sí nuestras cargas.

    Jesucristo nos ofrece su ayuda, diciendo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar" Mateo 11:28.

    Si confiamos en Él, si le confesamos nuestros pecados y le aceptamos como Salvador y Señor:

  • nos reconoce como sus hijos
  • intercede por nosotros ante el Padre
  • se hace cargo de nuestros problemas.

    "Soñé que caminaba a orillas del mar con mi Señor. Aparecieron ante mí todas las escenas de mi vida. En cada retazo me pareció descubrir un par de huellas en la arena, unas eran las mías y las otras de mi Señor. Al haber pasado la última escena, miré hacia atrás y comprobé que en muchas ocasiones solamente se veían un solo par de huellas en la arena. Noté también que eso sucedió en los momentos más difíciles y angustiosos de mi vivir. Esto realmente me perturbó y dirigiéndome entonces al Señor le dije:

    'Señor, tú me dijiste, cuando yo resolví seguirte, que estarías siempre conmigo todo el camino. Sin embargo, he visto que en los momentos más difíciles de mi vida, había sólo un par de pisadas. No comprendo por qué me abandonaste cuando más te necesitaba.’

    El Señor tomó mi mano y dijo: Mi querido hijo, yo te amo, y jamás te dejaría. Durante tus momentos de sufrimiento, prueba y dolor, cuando viste sólo un par de pisadas en la arena, fue justamente allí donde yo...

    ...TE LLEVÉ EN MIS BRAZOS".

    El Señor desea que seamos "constantes en la oración" (Romanos 12:11-12). Utilicemos ese teléfono, esa llave en la mano de la fe, esa vitamina espiritual.

    Cultiva la oración en familia, enseña a orar a tus hijos y mantén comunión personal diaria con Dios. Viviremos felices y confiados, con paz, aún en los peores problemas, sentiremos que Él nos sostiene. ¿Te propones mantener un espíritu de oración?

 

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Cuestionario de repaso - tema 6