No hay seguridad ni paz en nuestro tiempo. Las naciones del mundo viven alarmadas por la inseguridad y la amenaza del hambre. La Asamblea General de las Naciones Unidas convocó a conferencias en 1.987 y 1.988 en la que participaron 150 países en favor del desarme. Se comprobó que por minuto se gastan más de dos millones de dólares, en armas, en el mundo. El comité preparatorio aprobó por unanimidad una declaración final, que concluye así:
"Se está poniendo en peligro a nuestro planeta con arsenales que pueden hacerlo saltar por los aires; con la carga de los gastos militares que pueden hundirlo y con la falta de satisfacción de las necesidades fundamentales de las dos terceras partes de su población que subsisten con menos de un tercio de sus recursos... ¿Debemos adoptar la posición de testigos impotentes de un avance hacia una mayor seguridad a semejante costo?”
Se buscan soluciones políticas a través de numerosos tratados, también soluciones militares intentando colocar armas defensivas en el espacio exterior, o atemorizar al enemigo con superioridad estratégica, pero no hay solución.
La policía trata de controlar la delincuencia urbana y detener los robos, pero no hay éxito.
La FAO, ha organizado un flujo de ayuda para paliar el hambre en África.
Sicólogos, siquiatras y clérigos tratan de hallar soluciones a la creciente angustia que domina a millones, sin obtener respuesta. Ignoran la verdadera causa y la fórmula que reveló el Autor de la vida.
Dos causas han llevado al hombre a este estado:
DEJAR A DIOS
“Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua" Jeremías 2:13
“Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua” Jeremías 2:13, (19). ¡Cuántos se sienten vacíos, como cisternas rotas...!
DEJAR SU LEY
“Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno. Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados...” Isaías 24:5-6
¿QUÉ PROGRAMA DE VIDA ESTABLECIÓ DIOS EN LA CREACIÓN?
Cuando Dios creó al hombre, colocó los principios de su santa ley en su corazón. (Génesis 2:17, 18, 3). En otras palabras les dijo: No hurtarás de ese árbol, no codiciarás, estableció el matrimonio, el día de reposo, etc.
Sin la ley no hubiese existido el pecado.
“...pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión” Romanos 4:15.
La escribió con su dedo en dos tablas de piedra.
“Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios” Éxodo 31:18.
La piedra, es el material más durable y representa eternidad.
Los diez mandamientos, son lo único que Él mismo escribió. Y lo hizo: ¡Con su propio dedo! ¡Cuánta importancia le ha dado Dios! ¿Le das la misma importancia?
Las dos tablas de la ley fueron colocadas dentro del arca del pacto, símbolo del trono de Dios.
“Y volví y descendí del monte, y puse las tablas en el arca que había hecho; y allí están, como Dios me mandó” Deuteronomio 10:5.
Son la base del gobierno de Dios.
“Justicia y juicio son el asiento de tu trono...” Salmos 89:14.
Los diez mandamientos son el reflejo de su carácter. Comparemos:
DIOS ES:
Amor (1 Juan 4:8)
Santo (Isaías 6:3)
Justo
Bueno (Salmos 145:9, 17)
Verdadero (Salmos 89:14)
Fiel (Deuteronomio 7:9)
Eterno (Salmos 45:6)
SU LEY ES:
Amor (Romanos 13:9-10)
Santa (Romanos 7:12)
Justa
Buena
Verdad (Salmos 111:7-8)
Fiel
Eterna
La ley no justifica al hombre, sino muestra el pecado.
“Ya que por la ley ningún ser humano será justificado delante de Él, porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.” “¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley” Romanos 3:20, 31.
Un jefe africano, al verse ante el espejo en la casa de un misionero, se negaba a creer que en realidad pudiera ser tan feo. Ofreció comprar el espejo, para poder conocer la “trampa” que lo presentaba así. Tanto insistió que al fin le fue entregado.
Corrió entonces a lo más escondido del monte y rompió el espejo contra las rocas gritando airado:
-¡Ten, para que no puedas mostrarme nunca más cuán feo soy!- y se marchó.
Muchos desprecian la ley de Dios, porque les muestra sus errores y pecados.
Sin ley no hay transgresión (Romanos 4:15).
Muchos creen que el codiciar algo no es pecado, con tal que no lo robe, sin embargo el mandamiento dice: no codiciarás. “Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás” Romanos 7:7.
En el juicio final seremos juzgados con base en los 10 mandamientos.
“Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad” Santiago 2:12.
¿QUÉ ACTITUD ASUMIÓ JESUCRISTO EN RELACIÓN A LOS DIEZ MANDAMIENTOS?
El mismo Jesús los escribió en el monte Sinaí.
“Y sobre el monte de Sinaí descendiste, y hablaste con ellos desde el cielo, y les diste juicios rectos, leyes verdaderas, y estatutos y mandamientos buenos” “...la roca espiritual que los seguía... era Cristo” Nehemías 9:12-13; 1 Corintios 10:1-4.
Las profecías escritas mil años antes de su nacimiento muestran la actitud que Jesús asumiría frente a la ley: la tendría en su corazón y la engrandecería.
“Entonces dije: He aquí vengo; en el rollo del libro está escrito de mí; el hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón” Salmos 40:7-8. “Jehová se complació por amor a su justicia en magnificar la ley y engrandecerla” Isaías 42:21.
Juan 15:10 muestra que Jesús guardó los mandamientos fielmente:
“Si guardareis mis mandamientos, permanecereis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor”
Hablando de su inmutabilidad Jesús dijo:
“Pero más fácil es que pasen el cielo y la tierra, que se frustre una tilde de la ley” Lucas 16:17. ¿Qué es una tilde? ¡Lo más pequeño! Un acento, una coma, un punto.
La obediencia es nuestra prueba de Amor.
“Si me amáis guardad mis mandamientos. El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él” Juan 14:15, 21.
Dios desea escribir su ley en nuestro corazón y en nuestra mente. “Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré” Hebreos 10:16.
Estas son las características del nuevo pacto (Nuevo Testamento).
Un joven rico, preguntó un día a Jesús: “Qué bien haré para entrar en la vida eterna? Él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos” Mateo 19:16-19.
Dijo que no bastaba decir: “Señor, Señor...” y que muchos se chasquearán en el juicio. “No todo el que me dice: Señor, Señor entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí hacedores de maldad” Mateo 7:21-23.
PERO, ¿ES POSIBLE GUARDAR LA LEY DE DIOS?
Las personas carnales, no renacidas, jamás podrán guardarla. “Porque los que son de la carne, piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu... Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios” Romanos 8:5-8.
Cuando el amor de Dios nos llene, veremos que sus mandamientos no son gravosos.
“Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos” 1 Juan 5:3.
¿Cómo se puede conocer al verdadero cristiano?
“Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda los mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en Él debe andar como Él anduvo” 1 Juan 2:3-6.
HAY HERMOSAS PROMESAS PARA LOS FIELES
La eterna ley de Dios debe ser nuestro programa de vida, y regir nuestra conducta, ¡para que puedan ser nuestras las promesas de Dios!
Los diez mandamientos, son tan inmutables como su propio autor. No habría razón alguna para eliminarlos. Jesucristo murió en nuestro lugar, llevando nuestra culpa, sufriendo lo indecible para salvarnos de la condenación que hemos merecido por nuestra transgresión.
Si se hubiese podido cambiar su ley no necesitaba morir. Sencillamente podría haber dispuesto que lo que era pecado, o sea transgresión, deje de serlo, pero no lo hizo. Pagó el precio más caro que podría imaginarse.
¿Despreciaremos ese don? ¿Ofenderemos a sabiendas a Aquel que tanto nos amó? No, de ninguna manera, ¿verdad? Le demostraremos nuestro amor siendo fieles a Él. No compramos la salvación con nuestras obras, porque es un regalo de Dios. Somos salvos por gracia, pero la obediencia es el fruto de la fe genuina, la demostración de haber aceptado a Jesús no solamente como nuestro Salvador, sino también como nuestro Señor.
¡Y QUÉ HERMOSAS SON LAS PROMESAS DE DIOS!:
Promete prosperidad a los que guardan su ley.
“¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre!” Deuteronomio 5:29.
Bendiciones en abundancia:
“Acontecerá si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos... vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y... te confirmará Jehová por pueblo santo suyo... Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo...” Deuteronomio 28:1-9, 13.
Recibiremos ayuda de Dios, alegría y luz:
“La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma... hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón. El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos” Salmos 19:7-8.
Nuestro corazón se inundará de paz.
“Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo” Salmos 119:165.
¡Ahora solamente depende de Ti! ¡Decídete a guardar su Santa Ley y verás que Jesús te ayudará! Es un programa de vida que da seguridad y paz ¡Sentirás el gozo de poder amar a Jesús!