Guías de investigación bíblica
Tema 28

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Como solucionar mis problemas financieros

 

Hay quienes hablan de la buena suerte. La Biblia habla de las bendiciones de Dios. Pero, ¿Influirán mis actitudes, en la prosperidad material? Sin duda.

El hombre de negocios, para ganar debe invertir, e invertir bien, el campesino, para cosechar abundantemente, debe sembrar mucho y cuidar las plantas.

Si somos administradores debemos llevar una correcta mayordomía, especialmente si los bienes son de otros. Muchas personas se sentirían muy honradas y privilegiadas, si fuesen invitadas a invertir y tomar parte como socios de alguna próspera empresa comercial. Esto es lo que está haciendo Dios. Nos invita a ser sus socios, en la mayor empresa, ayudar al mundo a escapar de la condenación y prepararnos para su futuro reino de gloria.

Pero, ¿cómo puedo prosperar y solucionar mis problemas financieros, teniendo las bendiciones de Dios, invertir aunque no sea negociante, sembrar aunque no sea agricultor, administrar aunque no sea contador y conseguir un socio que me ayude a ganar, aunque no tenga capital para ofrecer? Dios reveló un plan en la Biblia para prosperar.

 

EL VERDADERO DUEÑO DE TODAS LAS COSAS

El hombre suele reclamar su derecho de propiedad sin embargo, ¿quién es el verdadero dueño de todo?

“De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan. Porque él la fundó sobre los mares, Y la afirmó sobre los ríos” Romanos 12:1-2.

 

Dios es dueño de todas las cosas, nosotros somos simples administradores de sus bienes. Suya es la tierra y todo lo que hay en ella, pues es el Creador. El dice: "mía es toda bestia del bosque y todo lo que se mueve me pertenece".

 

¿Qué dice Dios sobre la plata y el oro que está en las manos del hombre?

“Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos.” Hageo 2:8.

 

¿Qué no deberíamos decir nunca si hemos prosperado en algo materialmente, y qué debemos reconocer?

“Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre. y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día” Romanos 12:1-2.

 

¿En qué se basa Dios para reclamar todo como suyo?

a) Salmos 100:3, Porque Dios nos hizo.

b) 1 Pedro 1:18, 19. Porque fuimos rescatados con la sangre preciosa de Cristo.

c) Hechos 17:28. Porque por él vivimos, nos movemos y somos.

 

No solamente fuimos creados, sino también salvados por gracia infinita. Cada instante somos sostenidos por su gran amor. Esta triple causa nos lleva a reconocerlo como Salvador, señor y el todo de nuestra vida.

 

¿Qué pregunta debo hacerme cuando veo lo que Jesús hizo y hace cada día por mí?

“¿Qué pagaré a Jehová Por todos sus beneficios para conmigo? Tomaré la copa de la salvación, E invocaré el nombre de Jehová. Ahora pagaré mis votos a Jehová Delante de todo su pueblo” Salmos 116:12-14.

 

ADMINISTRADORES DE LOS BIENES DE DIOS

Por eso, ¿qué debo hacer con mi cuerpo, mis dones, mi tiempo y mi dinero? ¿Qué título nos fue asignado?

“Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” 1 Pedro 4:10.

 

Todo lo que tenemos es de Dios. Somos simples mayordomos.

 

Mi cuerpo

Somos propiedad de Dios, 1 Corintios 6:19-20; 10:31. Glorifiquemos a Dios con nuestro cuerpo, cuidándolo correctamente. No debilitemos ni destruyamos nuestras energías vitales consumiendo cosas que nos perjudican. Utilicemos nuestros cuerpos y nuestras fuerzas para colaborar con el plan de Dios para salvar al mundo.

 

Mi tiempo

Dios nos da seis días para trabajar y dedicarlos a nuestros intereses, pero reclama como suyo el séptimo día, el sábado, (Éxodo 20:9, 10). Ese día fue santificado, apartado para Dios. Dedicarlo a mis propios intereses, no dedicándolo a El, significa robarle el tiempo que le pertenece. Además es para nuestro propio bien. Dediquemos cada día de nuestro tiempo para hablar a otros de la salvación, (Hechos 4:32).

 

Mis talentos

¿Qué hacemos con los dones que Dios nos ha dado? ¿Los usamos para El? El hablar, el cantar, el ayudar a un enfermo, instruir a un niño, etc., cualquier don que Dios nos dio, debe ser usado para proclamar el reino de Cristo, (Mateo 28:18-20). La parábola de los talentos, es solemne e importante, (Mateo 25:14, 19-30); trabajemos cada día algo para Dios; hablando a otros del amor de Jesús y enseñándoles las grandes verdades que aprendemos en su palabra. ¡Nos sentiremos muy felices!, y nuestros dones se desarrollarán.

 

Mi dinero

También sobre el dinero que manejamos debemos dar cuenta a Dios como administradores suyos. ¿Lo usamos egoístamente, o estamos dispuestos a colaborar con los recursos que el Creador nos dio para proclamar el mensaje de Dios?

 

A la pregunta de Salmos 116:12, "¿Qué pagaré a Jehová por todos sus beneficios para conmigo?" ¿Qué respondemos?

“Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos; Y serán llenos tus graneros con abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto” Proverbios 3:9-10.

 

He aquí el secreto de la prosperidad material. Dar una parte de nuestros recursos para dedicarlo a la proclamación del mensaje de Dios.

 

UN PLAN DIVINO

¿Qué parte de los bienes que Dios nos dio para administrar reclama El para un uso especial?

“Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová. Y si alguno quisiere rescatar algo del diezmo, añadirá la quinta parte de su precio por ello. Y todo diezmo de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, el diezmo será consagrado a Jehová” Levíticos 27:30-32.

 

El diezmo, la décima parte de nuestras ganancias, no se la damos a Dios, solo le devolvemos una parte, quedando nueve para nosotros pues todo es suyo. Es una manera en que Dios prueba nuestra fe, lealtad y nuestro amor hacia un mundo que necesita recibir la luz de Dios a través de nuestros recursos.

 

¿Cuál es el uso especial para lo cual se destina el diezmo?

“Y Jehová dijo a Aarón: De la tierra de ellos no tendrás heredad, ni entre ellos tendrás parte. Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel.

Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión.

Y no se acercarán más los hijos de Israel al tabernáculo de reunión, para que no lleven pecado por el cual mueran.

Mas los levitas harán el servicio del tabernáculo de reunión, y ellos llevarán su iniquidad; estatuto perpetuo para vuestros descendientes; y no poseerán heredad entre los hijos de Israel. Porque a los levitas he dado por heredad los diezmos de los hijos de Israel, que ofrecerán a Jehová en ofrenda; por lo cual les he dicho: Entre los hijos de Israel no poseerán heredad” Números 18:20-24.

 

El diezmo se dedica únicamente a la predicación del evangelio, para que los ministros de Dios puedan dedicar todo su tiempo a la salvación de las almas. Por esta razón se entrega el diezmo a la tesorería de la iglesia, para que ella distribuya los recursos y pueda suplir las necesidades de los que trabajan.

 

¿Para qué propósito se dedicó el diezmo en el Nuevo Testamento?

“¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio” 1 Corintios 9:13-14.

 

Mucho antes de los días de Moisés, Abrahan y Jacob ya dieron el diezmo a Dios. ¿De qué bienes materiales se nos enseña a dar?

“y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo” Génesis 14:20.

"E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti” Génesis 28:20-22.

 

En realidad el diezmo, el matrimonio y el sábado vienen del paraíso, el árbol que pertenecía a Dios del cual Adán y Eva no debían comer, representa el diezmo. También nosotros somos probados.

Hay quienes piensan que la ley del diezmo fue instituida en los días de Moisés, que es parte de la ley ceremonial y no válido para nuestro tiempo. Lo encontramos desde el mismo Edén, al reservar, Dios, un árbol para El. Abraham entregó los diezmos de todo a Melquisedec, una figura de Cristo, casi 500 años antes de la promulgación del Sinaí. También lo dio Jacob y los fieles siervos de Dios a través de los tiempos.

 

El Señor Jesús recalcó la necesidad de cumplirlo y acompañar la fidelidad en este punto a la justicia, la misericordia y la fe (Mat. 23:23).

 

LEYES QUE REGULAN LA PROSPERIDAD O LA POBREZA

¿Cuál es uno de los grandes secretos de la prosperidad material?

“Hay quienes reparten, y les es añadido más; Y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza. El alma generosa será prosperada; Y el que saciare, él también será saciado” Proverbios 11:24-2.

 

¿Qué dice la Biblia sobre los resultados de la generosidad?

“Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.

Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre” 2 Corintios 9:6-7.

"Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia" 2 Corintios 9:10.

 

¿Qué bendiciones promete Dios a los fieles?

“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos” Malaquías 3:10-12.

 

Dios dice que los que retienen para sí lo que es suyo roban a Dios.

Llama a la fidelidad diciendo: "Traed".

Nos permite "probarlo" pues El es fiel a su promesa: "Abriré las ventanas de los cielos, y os daré bendiciones hasta que sobreabunde".

Quienes han devuelvo al Señor lo que le pertenece, nos pueden decir por experiencia propia que Dios cumple sus promesas. El 90% que les queda, les rinde más que el 100% de los demás.

A quienes probaron a Dios, reclamando sus promesas, en momentos de dificultades financieras graves y se les abrieron literalmente las ventanas de los cielos para derramarles bendiciones. Pero para poder apoyarnos en ellas debemos ser fieles a Dios en devolverle lo que le pertenece.

En el verdadero pueblo de Dios, no administran los pastores el dinero de la iglesia. Hay tesoreros o tesoreras en cada lugar donde hay una congregación. Existen sobres especiales en los que podemos colocar nuestros aportes para la causa del Señor. Luego cada creyente recibe un recibo de parte del tesorero. Dios es un Dios de orden y esto se debe manejar con toda seriedad.

 

¿Qué otra cosa debiéramos dar también?

“¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas” Malaquías 3:8.

 

Las ofrendas.  Estas pueden ser de agradecimiento, las primicias (Deuteronomio 18:4) y las ofrendas para los pobres (Gálatas 2:10; Romanos 15:26).

He aquí algunas promesas para quienes son generosos con los pobres:

 

Bienaventurado el que piensa en el pobre; En el día malo lo librará Jehová.

"Jehová lo guardará, y le dará vida; Será bienaventurado en la tierra, Y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos" Salmos 41:1, 2

"A Jehová presta el que da al pobre, Y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar" Proverbios 19:17.

 

CONCLUSIÓN

¿Cómo podemos ahorrar en el banco del cielo?

“Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir” Lucas 6:38.

 

Dios ama al dador alegre. Pero no olvidemos que no le estamos dando. Todo es suyo. Al devolverle le decimos simplemente "te reconozco como mi Señor y mi dueño, y te amo. Aquí están los intereses de lo que me diste para administrar", y El dirá: "Bien, buen siervo fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tu Señor" Mateo 25:21.

Hemos sido comprados por un precio elevadísimo, la Sangre de nuestro Señor Jesucristo. El devolver una parte de lo que Dios nos da, es una forma de gratitud por la redención que hemos recibido en Jesucristo.

 

¿Cuál es su opinión? ¿Cree Ud. que es importante colaborar para que otros también puedan llegar a conocer la salvación? ¿Desearía también contratar a Dios como su socio? ¡Ud. hará maravillosas experiencias con El! ¡Pruébelo! Esta será la clave para solucionar sus problemas financieros.

 

¡Gracias Señor, porque me haces tu colaborador!

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CUESTIONARIO DE REPASO · TEMA 28